Alerta roja.

Por Juan Carlos Rotter.

El siempre ocurrente Pablito Moyano, otrora revolucionario argento, clamo al grito deguerra que Cristina tiene que salir hablar para poder ganar la batalla. Un heredero nato que mira al mundo desde un lugar apacible y que nunca se resigna ni a perder a las balitas. Lo dicho por este dirigente entregado en cuerpo y alma por la defensa de la justicia social tiene sus legítimas intenciones.
Habría que avisarle al querubín del Clan que las elecciones primarias cambiaron el escenario político y económico de la Argentina. Apareció un cisne negro en la política y en lo económico una devaluación del 22% con un impacto inflacionario que aún no podemos medir. Ya sabemos que Pablito problemas de plata no tiene, pero el país monetariamente esta encarajinado, le debemos a cada santo una vela y no tiene la suficiente guita para continuar solventado la política asistencialista mantenida en los últimos tres gobiernos. El deterioro social es muy evidente. ¡Por todo esto es que no habla la jefa, no quiere quedar pegada a una posible derrota, estimado Cumpa!
Con este panorama si no se arreglan las cuentas públicas (ni se ajusta el costo de la política) no sabemos qué puede pasar más adelante. Hasta los camiones podrían agolparse en los galpones. Siempre están en nuestros oídos la más maravillosa música que nos supo prodigar el joven líder de Camioneros hace un año “Este es mi gobierno y lo vamos a bancar hasta el último día”. A no explicar que oscurece. Los antecedentes electorales desde el 2013 a la fecha muestran que los oficialismos perdieron todas las elecciones salvo la del 2017 en que Cambiemos gano. Esto habla de
un electorado que se modifica rápidamente en relación a los resultados que presentan los gobiernos. El problema se agravo con una economía que no crece desde hace 12 años y con expectativas de resurgimiento cada vez menores. En la última elección lo que asomo con fuerza con la abstención y el voto en blanco es la crisis de representatividad en la política. Y esto es consecuencia de un menú electoral ofrecido por los candidatos con recetas que ya han fracasado y por qué se proponen políticas inaplicables e inviables. Volviendo al quid de la cuestión. ¿Que queres que diga la jefa Pablito? Me tomo el atrevimiento, lo primero que se me ocurre es decir que el Cristinismo siempre esta, aunque no aparezca en la campaña. Lo segundo es que desde que Javier y Fátima sellaron amor eterno nos empezamos a dar cuenta que la oferta testimonial y de ideas para el futuro que llevo adelante en las primarias LLA se convirtió en una opción concreta de llegar al gobierno. Con lo cual mejor que decir es hacer y la gran preocupación que tiene gran parte de la sociedad argentina es que terminemos cambiando grieta conocida por grieta que conocer. Y aquí radica el otro problema. La posibilidad de acceder al poder y de poner en práctica los títulos que tanto resultado mediático le dieron a Milei hizo que desde su misma agrupación salgan aclarar que en realidad no hay soluciones que puedan producirse de un día para el otro y que muchas de sus ideas para concretarlas se necesitan más de un gobierno. Nada es gratis. La sociedad, como nunca antes, está prestando atención en ello. Es finita la línea entre la esperanza y el desencanto. La dirigencia tradicional tiene mucho para decir al respecto. Y advertir que quedar enredado en la discusión sobre la casta puede resultar peligroso. Que todo pueda terminar en que nada cambie o como resultado un salto al vacío.

Alerta roja.

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