
Atrás quedaron los bellos momentos en que el Alcalde Don Emilio salía a inaugurar con brillo a la Ciudad. Led para todos y todas. Uno no podía quedar al margen de los acontecimientos, hasta la fanfarria policial se hacía presente. Llego Susy y se fue de mambo. ¡Te estamos llamando, queremos hablar! No es para pedirte nada, simplemente es para ver como arranca la gestión. Tenemos la primera Alcaldesa y queremos que sea un gol de media cancha. Supongo que algún chismoso le hizo llegar el videíto de cuando participe de esas maravillosas festividades cuando pusieron el foquito en la cuadra de mi barrio y de ahí pase a engrosar la lista negra.
Uno ya está ducho con lidiar con la política de entrecasa, pero una entrevista no se le niega a nadie. Vamos a los bifes. Uno no pretende que Susy se transforme en Isabelita. Cuidado con derrapar, me estoy refiriendo a su colega Madrileña Díaz Ayuso. No desayune nada raro, ya sabemos que por nuestros pagos no contamos ni con la mosca, ni con el poder político, ni somos el ombligo del país, pero coinciden en algo, ambas son antiperonistas.
Hay un punto de partida y es que nuestra Alcaldesa ha sido elegida para plantear algo nuevo en la administración de nuestra Ciudad capital. El capitalino y el que no lo es, pero es su casa durante varios días de la semana, ya sabe que solo con cambiar el logo municipal no se marca la diferencia. Y la verdad es que no estamos en condiciones de andar gastando en caramelos de madera cada cuatro años.
Por ahí se entiende que se optó por un cambio de genero pensando en que Susy puede gestionar mejor. Corre con una ventaja y es que hay cuestiones que ya han sido resueltas, por ejemplo, la peatonal. La plaza 25 la dejemos tranquila por el momento que nos viene saliendo un ojo de la cara como decía mi Bobe Sofía, continuar apelando al ECO ya fue, las pintaditas y sus derivados, salvo para un contratista amigo, ya no garpa con lo cual hoy podríamos apelar a la afamada frase “Capitalinos a las cosas”. ¿Cuáles serían?
Programas que apunten a sacar a la capital del estancamiento en que se encuentra, terminar con las políticas intervencionistas al servicio de la política y los amigos, establecer estrategias que definan el perfil de la ciudad, generar políticas que empoderen al bien común, controlar el gasto público, etc. Todo esto va de onda Susy, digo para empezar a tomar distancia de gestiones anteriores. Uno aun lleva en la retina el espectáculo grandioso de aquel Intendente con cinco secretarias y un despacho remodelado al estilo del Ayuntamiento de Madrid.
A continuación, estimado lector pasamos al living de esta humilde crónica. La política argentina nunca aburre, esto es lo que la hace inigualable. Una nueva versión de Unitarios y Federales irrumpió en el escenario político, por supuesto que es por guita, ahora de lo que se trata es de quien paga la fiesta. O las deudas ocasionadas. Esto viene a cara de perro. Los gobernadores sureños en un principio amenazaron con cortar el suministro de petróleo al resto del país y ante la mirada atónita desde el exterior decidieron bajar un cambio, veremos cómo sigue la película.
Se viene el primer mensaje presidencial en el Congreso y estará para alquilar balcones, el León criollo envalentonado con el reciente abrazo con el León naranja americano se prevé que pondrá quinta y acelerará en sus propuestas de reformas y de ajuste.
A pesar del fuerte impacto que se registran en los bolsillos argentinos por las medidas económicas, Milei sigue contando con una alta valoración y este es el capital que cree disponer para seguir arremetiendo. ¿Cuál será su límite?
A los sectores más vulnerables ya se les está haciendo cuesta arriba, los comerciantes se les está complicando renovar sus contratos de alquiler, está claro que se deben ajustar las cuentas públicas. Ciudadanos pobres dirigentes millonarios, la ecuación no cierra. Habrá que encontrar una forma que pueda garantizar el proceso de reordenamiento económico sin que el mayor peso recaiga sobre los más débiles. La situación social y económica se está complicando. ¿La argentina política seguirá su proceso infantil o encontrará consensos desde la madurez?
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