Por Juan Carlos Rotter.
Es fácil de explicarlo es difícil de entenderlo. En medio de un encuentro con la militancia en el cual se lo notaba exultante y seguro recibió la peor de las noticias. La Corte Suprema de Justicia de la Nación a través de una cautelar suspendía la elección para
gobernador de la provincia al límite de iniciar la veda electoral. Los números le eran favorables por sobre las dos oposiciones: la interna y la externa. Con el correr de las horas el impacto emocional se fue transformando en un hecho político de interpretaciones variadas. Había que reacomodar las sensaciones de fastidio en una reacción elaborada. La incertidumbre sobre cómo se iban a suceder los acontecimientos eran en principio impredecibles. Las intrigas palaciegas empezaron a florecer. Las dos oposiciones aportaron sus granitos de arena para que el clima político en la provincia empezara a tomar temperatura.
Una zona gris de la constitución provincial, con enmienda incluida, había permitido el resquicio para el avance de una cautelar con tufillo a oportunismo político con impacto nacional y en estado deliberativo. ¿Avasallamiento o disfuncionalidad judicial entre el
concepto nación- provincias? A partir de ese momento redoblo la apuesta Uñac y empezó a calar la idea de la proscripción a su candidatura. Cuando el Kirchnerismo redoblo la apuesta con el juicio político a la Corte Suprema de la cual el diputado provincial Gioja fue una de sus lanzas acuso al primer mandatario de darse vuelta como una media ante el corrimiento en esa compulsa. Uñac tenía sus razones y justamente no estaban del lado de la obediencia de vida sino de una estrategia de no confrontación con el máximo tribunal. La zona gris podía volverse en contra a sus intereses políticos. La cláusula relacionada con la posibilidad de reelección que oportunamente había introducido el ahora diputado nacional en la constitución local era ambigua y esto el
Uñaquismo lo sabía. El libre albedrío de interpretaciones y posibilidades de juego político eran permeables para que sucediera lo que finalmente sucedió. Las elecciones provinciales se realizaron sin la categoría para gobernador y vice y el resultado fue esclarecedor. Uñac sigue siendo el líder partidario del peronismo y el verdadero opositor es Juntos por el Cambio. Esa misma noche conocidos los resultados se empezó a delinear el después. Sin reelección hay que conservar el territorio. ¡Este es el quid de la cuestión!. El descontento de la gente por la situación económica y la decepción de la política no fue capitalizado lo suficiente como esperaba Cambia San Juan. Por lo visto para el votante local mientras la provincia esta ordenada y se paguen los sueldos los oficialismos corren con ventajas. Lo sucedido esta última semana con Cristina borrándose de la contienda electoral, el dilema nacional que enfrenta el Frente de Todos y el resultado favorable de la elección, aun ante el predecible traspié de la ciudad capital, vaya a saber si al final no le terminaron haciendo un favor al actual gobernador. Sin menoscabar lo aportado por la armada judicial.
Refugiado en como barajar y dar de vuelta el Uñaquismo se dirige próximamente a encarar la última etapa eleccionaria. Para lo cual hay que continuar solventando con los anabólicos que sean necesarios a la extrapartidaria colectora opositora pero fundamentalmente al delfín y al guardaespaldas del espacio. Y como dice el gran ilusionista tocayo del gobernador, primero abocarse al plan llegar y después vemos como continua la película.