Lo que importa es la góndola.

Por Juan Carlos Rotter.

Los precios suben por el ascensor y los salarios por la escalera. No es el título de una comedia de los Hermanos Sofovich pinta en cuerpo y alma una de las inequidades a las que varias generaciones de argentinos se han tenido que enfrentar en distintas ocasiones. Por consiguiente, dicha situación suena todo lo contrario a ser tomada en joda. Para que este país no quedara despoblado se tomaron diferentes alternativas y/o
engañapichangas como dice La Jefa. Desde nombrar un sheriff a las brigadas gondoleras, de la sensación de congelamientos a la explicación de que la guita se llevan los amigos del poder y así estamos. Golpe a golpe, verso a verso, como escribió el gran Antonio Machado.
La caída del salario real nos fue alejando del encanto de acceder a una góndola para terminar abrazada a la política. Si hay una especialista en imponer productos en góndola ha sido Cristina Elizabet Fernández. Hay que hacer la salvedad del lanzamiento del producto Julio Cesar Cleto (una especie de tres por uno) allá por el 2007 de la que no tuvo injerencia en el mismo. Cabe señalar que dicha decisión según cuentan las malas
lenguas fue de su socio.
El de Amado B, en las grandes cadenas reconocido como Barón B, tuvo varios problemas denunciados en el ANMAT. Lo de Haníbal y San Julián no llegaron a entrar al programa de Precios Cuidados. El Chino Patagónico no pudo imponerse a la lavandina Querubín y así llegamos al Capitán Beto que entro como segunda marca y como quien no quiere la cosa llego a tener su momento de gloria.
El siempre renovado protagonismo de Cristina ahora va de la mano del programa Precios Justos. La idea de recuperar y ganar mercado se apoya en este nuevo lanzamiento El Tigrense. Ya divide aguas los que creen que la competitividad del producto está garantizada. La duda está planteada en cómo lograr que dicho protagonismo no termine diluyendo las propiedades del producto ante los nuevos potenciales compradores.
Convengamos que no es una tarea sencilla. ¡Sin góndola no se puede, pero con góndola sola no alcanza! Según reza el spot publicitario del actual producto estrella. La gran preocupación de todos los que están esperanzados con dicho lanzamiento está relacionado con la performance de los anteriores productos y la correspondiente pérdida de mercado y que el mismo no pueda llegar a consolidar un éxito. Siempre hay tiempo para ponerse serios. Por el momento lo que quita el sueño es cómo encarar la campaña. La discusión está centrada a partir de la mirada política con lo cual dejaremos para más adelante el siempre atractivo costado del marketing estimado lector.
La fabricante (ósea Cristina) explícitamente le reclama al producto (ósea Massa) que la orientación del próximo gobierno pasa por la redistribución antes que por la generación de riqueza, en contra de cualquier ajuste, en defensa sin discusión sobre las empresas
públicas, al igual que el planteo sobre los dólares de los argentinos en el exterior para que vuelvan al país. Un combo de alto voltaje que plantea un desafío enorme para no entrar en coalición con la posición de la dueña mayoritaria del espacio por parte del
candidato.
Acá entra el consumidor (ósea la sociedad) angustiada, desesperanzada, después de tres gobiernos consecutivos fallidos, una pandemia que hizo estragos y de varios años de alta inflación que seguramente van a tallar. La mayoría de los argentinos no quiere más grietas que le insumieron, como mínimo, dos décadas de sus vidas. Los votos y la abstención están hablando en las elecciones que se vienen realizando. Así como nosotros venimos preocupados por la góndola la política lo empieza a estar con los votos. Una elección apretada se define en los márgenes. Por eso, todos empiezan a ajustar sus discursos. Empezando por Massa y siguiendo por los candidatos de Juntos por el Cambio.
A pesar de todo Cristina sigue siendo útil a la hora de imponer en góndola, esto el peronismo lo sabe. En el caso de Macri la cosa es más cortita, lo que termine imponiéndose en góndola define para adelante. Las dos últimas semanas antes de las PASO podrían ser más decisivas que nunca y ambos lo tienen previsto, aunque no lo manifiesten.

Lo que importa es la góndola.

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