Mascotazo.

Por Juan Carlos Rotter.

Al ganar las últimas elecciones con el 30% de los votos agradeció a sus hijos de cuatro patas, se dio el lujo de tirar un par de bravuconadas para el deleite de sus creyentes y partió para el country de Benavidez a pensar en soledad el devenir. Es loco, pero no come vidrio. No cualquiera llega a tan lejos en la política. Por más que le guste hablar más con sus mastines que con las personas en el fondo sabe que esto recién comienza.
Ahora hay que convencer a los que tienen poder y dinero que la cosa va en serio. Ni uno solo de los consultores políticos, hasta donde se sabe, lo dio como ganador de las PASO a su partido y que su candidatura presidencial sería la más votada entre todoslos competidores. En solo dos años Milei construyo este escenario. Es el primer caso en la política argentina que un hombre sin partido, sin estructura y sin historia, solo con cuatro mastines ingleses y su hermana de alter ego, podría llegar alcanzar el logro de meterse en un ballotage presidencial. Esto siempre y cuando la economía no empeore sino la ecuación cambia dentro de dos meses y se viene el Mascotazo.
Nuestra provincia no podía ser menos y también ha sido generosa. En medio del batacazo dominguero tuvimos la versión local con La Tota Santillán de protagonista que también tuvo su noche de gloria. De pasar de ser el amigo del campeón ahora lo encontraba exaltado festejando su propio campeonato. Acababa de pintarles la cara a su antiguo amigo Sergio y al reciente campeón Marcelo, ambos jugando con doble cinco,
con un 34% de los votos. Solo falto la bailanta. No importa mucho encontrarle lógica al asunto, de solo pensar que esta elección no
estuviera enmarcada en el realismo mágico, en este momento todavía se estaría festejando La Tota gobernador de San Juan.
El León Javier sin dudas es un excelso encantador de serpientes. Y pocos se dieron cuenta. Dinamito la polarización producida en las elecciones presidenciales de 2019 y además a las dos fuerzas que gobernaron el país la última década les encogió la cosecha de votos.
Es curioso que casi nadie la vio venir considerando que se venía insistiendo con el peligro de que ganase “la derecha” y encima a manos de un novato político. Ahora en pista Milei no necesita mostrar conocimientos económicos, porque los tiene, pero si requiere demostrar que en cuestiones institucionales no es imprevisible. Hay varios sectores que desconfían de su vocación democrática. La preocupación está asentada en que una eventual presidencia no contara con un Congreso a favor, ni con gobiernos provinciales amigos, ni con una dirigencia social cercana. El ataque al periodismo independiente tampoco lo ayuda a diferenciarse de aquellos sectores de la casta política a la cual critica.
La novedad de este nuevo producto del populismo de derecha es que provoca ilusión en vastos sectores sociales sobre todo en la juventud, más allá de las clases sociales, lo cual indica que más allá de representar un grito de protesta no debe olvidar de la responsabilidad de marcar valores. El nivel de cansancio social es tan grande con la dirigencia política y social que merece cuidados. La paradoja de la protesta vacía y excesiva es que puede devolver las situaciones al mismo lugar donde estaban. Milei es un fenómeno complejo y no conocemos aun hasta dónde puede llegar. No es solo bronca. Despierta entusiasmo en muchos votantes. La sorpresa electoral de las PASO pude desencadenar una ola si no hay diques que la contengan. El huracán Milei es consecuencia de varios fracasos, no del éxito. ¡Debemos tenerlo
presente!

Mascotazo.

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