Mi voto no vale.

Por Juan Carlos Rotter.

Corría el año 2021 la dirigencia política continuaba encandilada con el discurso que la pandemia era el resultante de todos los males que padecía la argentina. O más bien la de un gobierno. Un año antes ya se comenzaba a percibir que existía un sin número de compatriotas que manifestaban cierto fastidio con esa dirigencia que estaba mirando otro partido y a la pelota rodar por otro sector mientras se empezaban acumular susdemandas. En la elección de ese mismo año a las dos coaliciones mayoritarias se les fugaron un buen número de votos. El que avisa no traiciona dirían en el barrio. Cuando se habla de cambio de época está referido a este proceso. Nada se pierde todo se transforma.
Aunque no sepamos a ciencia cierta en cómo se terminaran encarnado en octubre próximo. Con los resultados en mano de las ultimas PASO el miedo se apodero en gran parte de la clase dirigente. En especial la política. La falta de expectativas y de perspectivas de futuro ya anidaban en el sentir de un significativo sector de la sociedad. Hoy el gobierno del Frente de Todos tiene serias dificultades para explicar este presente. Que en
promedio el kg de carne este en 3200 mangos se hace cuesta arriba. A decir por los números de la última elección los que votaron y los que no lo hicieron están reclamando un cambio. Nada puede ser peor que el presente, o si,sería la primera interpretación. El triunfo de Milei abrió una brecha de preocupaciones sobre todo en lo referido a lo económico y las posibilidades reales de dolarizar la economía como plantea el ganador de la primera etapa electoral. La rápida reacción de los intereses sectoriales lleva a pensar cual es la vocación real de cambio que están dispuestos a tolerar los distintos sectores y en especial los argentinos. El final del mandato de la administración del Capitán (RE) Beto es malo. Los datos
económicos y sociales son por demás elocuentes. La palabra incertidumbre calo hondo. No sabemos si para explicar que estamos al horno o por las consecuencias de que vamos a volver a elegir personas no ideas. Para colmo los tres candidatos con posibilidades se dicen liberales. ¡Aunque sabemos que hay liberales y liberales! El Kirchnerismo ocupando el tercer lugar en las PASO no ha sido una casualidad.
Habiendo contado este gobierno con viento a favor que no tuvo ni el mismísimo Néstor Kirchner en relación a las posibilidades brindadas por el comercio exterior, se hace difícil encontrarle una justificación al fracaso. Y aquí estamos discutiendo sobre la dolarización. Una nueva entrega de la picaresca argenta para hacernos creer que se puede volver a los tiempos felices del deme dos.
Los candidatos tienen la ardua tarea de conquistar, de esperanzar, no con sarasa, a una sociedad que sobrevive cómo puede. No existen soluciones mágicas a los variados problemas que le aquejan. La economía es la preocupación central con la inflación comiéndose los bolsillos familiares y las necesidades de mayor empleo. Es hora de propuestas concretas y medidas efectivas. En materia de política económica ya no nos podemos seguir dando el lujo de continuar fracasando. A dos meses de la elección general nos encontramos ante las primeras diferencias entre
las expectativas sobre la necesidad de cambio por parte del ciudadano común y la de quienes representan a sectores específicos. Está claro que las urgencias no son las mismas. ¿El gran interrogante es por donde se comienza con el cambio?
Hay sectores de la sociedad que no tiene nada que perder. La historia vuelve a repetirse, es el momento de construir un futuro para que todos los argentinos puedan vivir dignamente, con oportunidades, seguridades y esperanza. Es necesario empezar a distinguir aquellos que aspiran a una mejoría general y quienes apenas defienden “la suya”. Por último, es fundamental recordar que el poder no radica solo en los líderes políticos,
sino también en nosotros mismos. Dejar de comprar caramelos de madera es exclusiva decisión nuestra. Hay que votar de manera consciente. La participación en el proceso electoral es crucial para fortalecer la democracia y lograr el cambio que tanto anhelamos.

Mi voto no vale.

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