Que pase el que sigue.

Por Juan Carlos Rotter.

Una vez finalizado el último show unipersonal de Cristina y el remate “yo ya di todo lo que tenía que dar” lo que empezó en tono de comedia, termino en tragedia. Por suerte la cosa no llego a mayores. Hubo que asistirlo por un pico de presión a Oscar. Si Oscar “el pelotudo” (dicho por su Jefa). El mismo que tuvo que disfrazarse de privatizador de YPF en los noventa y veinte años después en estatista para hacerla feliz. Nunca hay que desearle el mal a nadie. Pero tamaña misión que tuvo que asumir el baluarte de Neuquén en explicarle a toda la feligresía que estamos en un país desigual e injusto una vez caído el telón merece todo un reconocimiento. Vamos a dejar de lado por el momento lo que ocurre en la franquicia de El Gato que por ahora es un vodevil con final incierto. Haciendo un poco de ciencia ficción, total por el momento es gratis y vale todo, el próximo presidente con un poco menos de sarasa que sus antecesores puede llegar a zafar y quien te dice hasta hacer dos mandatos al hilo. Con solo imaginar que, bajando la inflación a la mitad, la pobreza a la mitad, el delito a la mitad, que se fundan la mitad de los negocios o que se vayan la mitad de las empresas que hasta hoy lo hicieron, más de un aplauso de los cuatro costados de la cancha va a recibir. ¡Venimos tan cascoteados como país que mira con lo poco que nos podemos llegar a conformar! Se empieza a percibir en un buen número de compatriotas un nivel de cansancio al verso político que nos venimos fumando a diario como nunca se vio antes. Excepciones siempre hay porque no les queda otra que tragarse algún sapo a cambio de recibir algo. Como también existen los practicantes de la política del tero que cacarean por un lado y ponen los huevos en otro. Esto ya es algo más fino, pero se nota sobre todo cuando se vuelven millonarios en poco tiempo o cada vez más. Varios de ellos son beneficiariossubsidiados por todos los que nos tragamos los sapos y la seguimos remando en dulce de leche. Lo bueno de esto es que ya sabemos que estos muchachos siempre juegan de oficialistas. La elección que se nos viene arrojará resultados extremos y sorprendentes en algunoscasos que habrá que tomarse un tiempo para digerirlos. Quien te dice que en noviembre nos llevamos un peludo de regalo. Los argentinos nos esperanzamos gratis y creemos que con un cambio de presidente o gobernador las cosas mejoraran por si solas. Y rápidamente. Es el sueño de todo argento bienintencionado. Otra cuestión es si tiene lógica. No quiero aguar la fiesta que estas soñando para el próximo domingo, pero ordenar a la nación llevará un buen tiempo habrá que ver como lo banca la gente. Por suerte las provincias corren con cierta ventaja, aunque ahora más que nunca estamos atados a lo que se resuelva en la casta central. Perdón en casa central, es decir donde habitan Cristina, Macri, Massa, Larreta, Kicillof, Bullrich, Milei, El Radicalismo, De Pedro y siguen las firmas. Todo el mandato del próximo presidente deberá concentrarse en una sola cosa: cirugíay corrección. Por lo tanto, no tendrá nada para ofrecer más que sangre, sudor y lágrimas. Otro tanto les quedara a los ayudantes de campo del futuro presidente o gobernador bajar la intensidad Disneylandia que yace en mucho argentino esperanzado. Vamos a decirlo de frente y sin rodeos, hasta que la Argentina no recupere el sentido común y acepte que solucionar los bolonquis y equivocaciones que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo va a llevar una década en el mejor de los casos, es muy probable que volvamos a comernos el alambrado. ¡Mientras tanto sigamos apostando por la democracia!

Que pase el que sigue.

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