Por Juan Carlos Rotter.
Entre la frustración y el desencanto sigue avanzando una campaña política que avizora un fin de ciclo. El gobierno de Alberto Fernández fue regular, pero consiguió lo que ningún dirigente peronista logro, doblegar a CFK. Consiguió que su debilidad se
transformara en fortaleza. No solo se mantendrá en el cargo hasta el fin de su mandato sino que además ahora le plantea definir candidaturas a través de una interna. Logro correrse de la gestión dura y de los malos datos de la realidad incluyendo a la
inflación de marzo que podrían terminar con los sueños de Cristina y de Massa para zambullirse en una campaña con temas blandos, fotos y algunas que otras bravuconadas. Mientras tanto se sigue calentando el agua en la olla con elecciones cercas y lejos a lo largo y ancho del país. La paciencia infinita de los argentinos acostumbrados a vivir en crisis se puede estar agotando. Un fiel reflejo de esto fue lo ocurrido en La Matanza con la muerte del colectivero Barrientos más allá de la sarasa y el circo que quiere instalar un sector del oficialismo para esconder la gravedad de la crisis de representación en la provincia de Buenos Aires. Este es un distrito que equivale electoralmente a cinco provincias con más de la mitad de su población sumida en la pobreza.
Por suerte en nuestra provincia la campaña se está ocupando de temas relevantes. Abrazos, sonrisas y besos. Y a pesar que el país está haciendo glu glu a nosotros pareciera que nos espera un futuro prometedor según dicen nuestros candidatos.
Sin lugar a dudas lo más relevante de la campaña hasta ahora ha sido el planteo del ex gobernador Gioja de traer agua del rio Paraná para contrarrestar la sequía. No he encontrado aún algún ingeniero hidráulico en la provincia que avale esta iniciativa, pero
si lo dijo el más sabio de la política criolla algún crédito habrá que darle. Un pequeño dato para nada menor es el desconocimiento que existe sobre una parte de los candidatos a intendentes por parte de la gente que esta fuera del radar de la
política estando a un mes de las elecciones. Un tema que la sobredosis publicitaria no llego a suplantar y tiene que ver con lo que hay detrás de cada candidato. De todas maneras, esto que nos sucede en comparación a lo que se vive en “la patria es el otro”
es La Granja de Zenón. Hay problemas nuevos, ni que hablar de los viejos, que no ha podido resolver la política
seria ingenuo pensar que lo pueda hacer una campaña política. Y son los que han impactado de una manera drástica en la gente relacionados con su calidad de vida. Una alta inflación, salarios bajos, inseguridad, pobreza, empleo, narcotráfico, corrupción,
datos que vislumbran un fin de época. El enojo de la gente ha aumentado en la medida que se han ido acumulando los
problemas ante la falta de respuestas por parte de nuestra democracia. Acentuadas por una política clásica sin discurso y con una mirada que no va más allá de su propio ombligo.
El panorama que se le presenta al Frente de Todos es gris. Ni la narrativa de la proscripción, ni el luche y vuelve, ni el operativo clamor en torno a la socia mayoritaria del espacio lograron el efecto buscado. Casi todas las encuestas señalan que las
elecciones nacionales les son adversas. Por lo tanto, es de suponer que “el lugar en elmundo” destinado para el Cristinismo sería la provincia de Buenos Aires. El gran interrogante es con internas de por medio como se reconfigurará el peronismo después
de ellas. Con este escenario cabe preguntarse cuál es el peronismo sanjuanino más redituable. ¿El que representa Uñac o el de Gioja? Los sanjuaninos no solo están mirando lo que está sucediendo a nivel nacional con las disputas en el Frente de Todos y en Juntos por el Cambio, comienza hacer ruido el fenómeno Milei. La militancia está enfrascada en este berenjenal que produjo la Ley de Lemas mientras nadie arriesga cual podrá ser el comportamiento de los jóvenes en el
cuarto oscuro. El escenario político es el más abierto en términos electorales de los últimos 20 años.
¡Esta es la única certidumbre que tenemos!